Mi plantita
Tengo esta planta en mi balcón, pero durante mucho tiempo la maceta estuvo guardada dentro del armario escobero, sin luz, ni agua. Coincidió con un período oscuro para mí, los duros meses previos y justo posteriores a mi divorcio.
Un tiempo en el que sobreviví como una autómata, gracias a las rutinas del día a día, el trabajo y los ensayos de coros. Un tiempo en el que procuré cuidarme y cuidar mi entorno, pero que quedaba cojo muchas veces, pues me faltaban la alegría y la serenidad.
Un buen día abrí el armario y descubrí unos brotes enclenques empeñados en buscar la luz y la vida; y lo tomé como un símbolo de mi propia recuperación. Saqué la maceta al sol, la regué y la cuidé y en poco tiempo esstaba fuerte y florecida. Así me sentí yo también y empecé un nuevo ciclo. Volvieron la alegría genuina y la serenidad olvidadas. Cerré un capítulo, una puerta.
Mi plantita parece morir cada verano, pero es terca y luchadora, como yo. Aunque parezca una maceta yerma, yo sigo regándola.
Hoy he descubierto los nuevos brotes y he empezado el día sonriendo. Seguimos adelante. Siempre adelante.
𝒰𝓃 𝒸𝓊𝒶𝒹𝑒𝓇𝓃💙 𝒹𝑒 𝒯𝒶𝓅𝒶𝓈 𝒜𝓏𝓊𝓁𝑒𝓈
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