¡Llorona!
Siempre he sido una llorona. A veces lloro por una escena en una película, por un texto que me toca la fibra, por una música que me llega al alma.
Otras veces, por motivos más pragmáticos, a veces por mí, a veces por otros. En ocasiones, por una razón concreta, en otras sin saber por qué. Sola o en compañía. Inadvertida o evidentemente.
Sollozando, a lágrima viva, con llanto seco o silencioso. De pena, de rabia, de risa, de melancolía. Imparable, torrencial, fugaz o anecdótico; liberador, catártico, empalagoso, inoportuno.
El llanto me caracteriza tanto como mi sonrisa. A veces, incluso, confluyen, coexisten.
Siempre he sido una llorona. Y seguiré siéndolo.
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