Mi Adán preferido


Sonríe de nuevo 
y dime
que no eres mi Adán preferido.

Abre tus labios
y déjame soñar
en besarlos, en acariciarlos.
Quiero morderlos, quiero hacerte temblar 
como haces tú conmigo cuando me rozas.

Cierro los ojos
y acude tu recuerdo.
Y los escalofríos recorren mi cuerpo.
El deseo está llamando, 
ansioso, rugiendo.

Y no quiero escucharlo,
porque estás tan lejos...





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