El silencio



Habla el poeta con voz de oro
de alboradas y rocío.
Habla el poeta y el dolor
se crece y vuelve, como amarga saeta,
a cruzarme el alma sin piedad.
Y el despecho crece de nuevo
con ira y con furor, 
con rabia e impotencia.
Pero es el silencio lo que más me asusta,
porque solía ser dulce y suave
cuando nos atravesaba el corazón
y estrechaba nuestro abrazo

Canta el juglar notas argentinas
de suspiros y rayos de luna.
Canta el juglar y el recuerdo golpea mi consciencia
brutal, cruel... infame.
Y las lágrimas rompen el dique
del falso orgullo y de la compostura
y caen en torrentes.
Pero es el silencio lo que me arredra, 
porque tú me enseñaste que era
magia entre mis dedos,
destello en la madrugada, dulce bocado de esperanza.

Porque entonces supe que yo, como tú,
lo necesitaba.

Huyo del silencio 
y lleno mis segundos de murmullos.
Huyo y alboroto; y chillo y canto y río...
Porque el silencio me trae tu recuerdo- y muero,
porque tú eras mi vida
y ya no te tengo.

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