Tu nombre

                                                           Cuando estamos enamorados y somos correspondidos, en labios del otro nada suena más dulce que nuestro propio nombre. 

Cuando el amor se acaba, nuestro nombre en sus labios suena a puñalada, a dolor escupido al pecho, a abismo, a niebla, a miedo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las pastas de Santa Casilda

Día de Reyes

El graznido