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Cartas de amor

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Hay algo muy especial en el hecho de recibir una carta, y aún más si es de amor y está escrita del puño y letra de la persona amada.  Porque significa que nuestra persona favorita ha empleado tiempo, mimo y esfuerzo en poner en palabras lo que le sale del corazón; en dejar que esas palabras se deslicen por sus manos y queden plasmadas, para siempre, en un papel que poder estrechar contra nuestro pecho, como si de un abrazo se tratase. Una carta de amor es un beso soplado al viento, que, diligente, aterriza en nuestro regazo y nos acaricia con ecos de la voz de nuestro amado. Una carta de amor es un trocito de alma plegado que echamos a volar con esperanza, con fe.  Es un misil de amor, un emisario reconfortante que nos asegura que el otro sigue en pie, volviendo el rostro hacia nosotros. Es una sonrisa cálida y espontánea,  el aleteo coqueto de unas pestañas , cosquillas en el cuello, un estremecimiento de placer recorriéndote la espalda y erizando los pelillo...

Flores para una flor

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"Flores para una flor", decía la nota.  Y me reconocí sólo a medias. Porque yo ya no soy una flor, fresca, lozana, nueva. Yo ya no soy promesa, retoño, brote. La primavera ya dejó su impronta en mí hace tiempo y siguió el curso de las estaciones.  Cayeron los pétalos y creció la simiente, buscando su propio espacio, su camino hacia el papel que tenía asignado. Yo soy fruto de estío, fruta madura que cae por el peso de su dulzor. Fruta de carne plena y olorosa, la manzana de la tentación, la fruta de la pasión. Pronto empezaré a marchitarme, poco a poco, al son de los días que se van alargando casi imperceptiblemente. Pero de momento la lozanía de las flores no me resta un ápice de esplendidez. 𝒰𝓃 𝒸𝓊𝒶𝒹𝑒𝓇𝓃💙 𝒹𝑒 𝒯𝒶𝓅𝒶𝓈 𝒜𝓏𝓊𝓁𝑒𝓈 #escribir #poesía #prosa #verso #literatura

Hasta la última piedra

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Se va acabando el tiempo y sólo quedan sabañones y palabras deshilachadas de tanto usarlas. Nada nuevo bajo el sol, siempre la misma cantinela, fogonazos engañosos que pretenden ser forjas nuevas y solo son soniquetes desprovistos de vida y de veracidad. Pensé que habías escrito un diccionario exclusivo y novedoso del cual ser digna musa, pero alimentaste mi ego con el mismo pienso rancio que otras tantas mulas han probado y probarán. Un rancho que se antojaba delicioso y en realidad supo a corcho, insípido y ordinario, vulgar forraje. Hay muchas telarañas que limpiar, pero es cuestión de tiempo y voluntad, como vaciar el trastero. Punto para mí, ya puedo puntear esa tarea y las demás vendrán en cascada, porque estoy lanzada en esta carrera contra las arrugas. Faltará colágeno, pero nunca valor. Si he de morir luchando, lo haré de mil amores, porque yo soy el territorio más sagrado que puedo imaginar y nunca me dejaré arrasar, aunque mis rodillas duelan y los huesos griten que no en va...

A Bright Blue Rose

I will never forget the evenings on the deck, looking at the sun disappear and sharing a glass of wine, while you played the guitar and Martin and I sang this song you taught me. I will never forget your welcoming smile, when you picked me up at the airport for the first time. I will never forget our trips around North Devon and the love for it you passed along onto me. The walks with the dogs, the rides on the van. All the words you taught me, the evenings singing with your friends. Your sense of humour. Your righteousness. Your somewhat unexpected tenderness. I will never forget how much I admired you and your devotion for your wife Jan Deverell  and your family. I remember thinking 'I want a Dev in my life". Farewell, Dev Deverell . You made my world better and I will always be grateful for that.  All the love in my heart Bright Blue Rose

Patxo joan jaku

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 "Patxo joan jaku". El mensaje llegó el 28 diciembre; la muerte nos había gastado la más cruel de las inocentadas y se había llevado a Patxo. Gure Patxo, Patxo el de Villaro. Aunque nació en Dima y vivió en Durango, así le conocía todo el mundo. Areatzako Patxo.  Nos conocimos, cómo no, cantando. En el Coro de Arratia, en el que cantó como solista durante muchos, muchos años. Entre ensayos del coro y cánticos en los bares de Areatza al terminar los ensayos, fuimos forjando una amistad. Las tardes de sábado invernal en el Azul son preciados recuerdos; "Patxo, atara gitarra!" fue nuestro grito de guerra en aquellos ratos post-ensayo, en las merendolas en su casa, en el txoko de Gemma, o en Zeberio, donde Paulo.  Vivimos juntos unas cuantas vísperas de Santa Águeda, cuando recorríamos infatigables Arratia y Bilbao desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche, cantando a la santa y manteniendo la tradición. Patxo golpeaba la makila contra el suelo y nos marcaba el ...