Coqueta
Nueve meses he necesitado para volver a salir al ruedo. Como si de un metafórico embarazo se tratase, he parido una nueva versión de mí misma y me he colocado de nuevo en el mercado. En el foco, en el candelero, con ansias de acción. Ojeando la oferta, calibrando la demanda y diseñando estrategias, ampliando horizontes y estableciendo nuevos contactos. Vamos, que después de nueve meses desde la ruptura con mi pareja, he vuelto a Tinder. Pero, claro, así dicho, pierde mucho glamour. Pero a lo que iba. En tan sólo cuatro días he acumulado muchos "guapa" y bastantes piropos, todo hay que decirlo. Sin embargo, lo que más me ha llamado la atención es que dos palabras han aparecido repetidamente: femenina y coqueta. Me he acordado de mi padre, que sufría cada vez que, de chavala, me veía vestida con vaqueros y zapatillas deportivas. Que, justo al contrario que el resto de los padres del mundo mundial, me animaba a ponerme tacones y minifalda, y a pintarme el ojillo, com...