Me gustan las tormentas
Cuánto me gustan las tormentas. Ver rasgarse el cielo, oírlo verter su furia... Cuántas noches, como ésta, me levanto para verlas desde mi balcón... para disfrutar imaginando cómo la lluvia redentora limpia el aire, literal y metafóricamente. Para aspirar el aroma a tierra mojada, a electricidad en el ambiente. A cambio, a nuevo comienzo.